viernes, 5 de junio de 2020

Premio Nacional Vicente Ferrer de Educación para el Desarrollo


         Hace algo más de tres años regresaba a este país después de mi experiencia de vida latinoamericana. Durante unos meses todo a mí alrededor me transportaba a Ecuador, tenía la necesidad de entablar conversación con cualquier persona con la que me cruzaba en la calle o en el metro con apariencia andina. Quería compartir mi emoción por un país que había sido mi casa y me había acogido con los brazos abiertos, pero que muchas de ellas habían abandonado hacía ya más de una década.
           
            Siempre he sido consciente de lo mucho que el continente latinoamericano ha influido en lo que soy hoy, pero una vez me alejé de aquellas tierras allá por 2016 supe que mi vida quedaba ligada a ellas para siempre. Lo que nunca pensé es que esa maravillosa tierra ubicada en el centro del mundo me iba acompañar de la manera que lo ha hecho en mi vuelta a las aulas. Ahora, tres años después de aquellos momentos de amarga despedida, Ecuador se ha convertido en el protagonista de este Premio Nacional Vicente Ferrer que convoca el Ministerio de Educación y Formación Profesional y la AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo).
           
            El proyecto “Las Musas a un paso de la Amazonía”, que nació con la ilusión de un sueño con pocos visos de realidad y que avanzó ante mi emocionado asombro porque desde dirección se le apoyase, ha acabado convirtiéndose en una realidad que, a día de hoy, ya cumple su tercera promoción. Han sido años de mucho trabajo, de incertidumbres, de miedos y fuertes vaivenes emocionales, pero que finalmente se han visto recompensados allí, justamente sobre la línea ecuatorial, en el hermoso centro histórico de Quito, en las conversaciones sabias con mujeres indígenas que nos muestran que otra manera de vivir es posible, a 4500 metros de altura con el oxígeno suficiente para celebrar estar en un lugar extraordinario, o entendiendo que el desarrollo es relativo mientras la selva te envuelve. Aún así, la mayor recompensa ha sido observar los emocionados ojos de nuestras alumnas y escuchar de sus labios lo que estaba significando para ellas la experiencia, este ha sido el verdadero premio, uno de los mayores regalos que como docentes podemos alcanzar.

            Sin embargo, no puedo negar que el premio recibido además ayuda a reconfortarnos profesionalmente, es un reconocimiento al trabajo que realizamos día a día y nos anima a continuar en la senda de la educación en valores y a seguir en la búsqueda de una ciudadanía global que se comprometa con su entorno, con el conocimiento de otras realidades y de las interrelaciones socio-económicas que con ella se generan, con conciencia crítica, con sensibilidad hacia las diferencias, y con determinación hacia la justicia social.
           
            Es necesario y legítimo agradecer esta mención que han recibido “Las Musas a un paso de la Amazonía” y el IES Las Musas fundamentalmente a las dos promociones de estudiantes que con entusiasmo aportaron lo mejor de sí, a las compañeras de la comunidad educativa que en mayor o menor medida durante todo este tiempo estuvieron apoyando, alentando y sobre todo trabajando para que este sueño se convirtiera en realidad, a las familias que confiaron desde su inicio en este proyecto y que permitieron soñar a sus hijas con él, a Jose Antonio que lo apoyó en los momentos difíciles y, por supuesto, a Ecuador y sus gentes, que se han colado en la vida de este barrio madrileño para siempre.

            Este Premio Nacional de Educación para el Desarrollo, es concedido anualmente a quince experiencias docentes de nivel preuniversitario. La consecución del mismo lleva aparejada la participación de todas ellas en un seminario que, en esta ocasión, se realizó en la capital de Jordania, Amman. Allí hemos tenido la suerte, dos profesoras del instituto, de conocer los proyectos que el resto de compañeras premiadas están desempeñando en sus centros educativos en relación con la educación para el desarrollo y en particular con el cumplimiento de alguno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que ha establecido la ONU dentro de su agenda 2030. Ha sido emocionante y enriquecedor constatar que existen muchas personas del ámbito educativo que trabajan en una línea similar a la nuestra, que son conscientes de nuestro papel de transformación social, que entienden la educación como promotora de desarrollo humano y que asocian una verdadera educación de calidad a todo ello. También durante esa semana hemos sido conscientes de la labor titánica que tenemos por delante y quizá, por momentos, nos vimos empequeñecidos ante tamaña responsabilidad, no obstante ocupamos el lugar y jugamos el papel que queremos asumir en nuestra sociedad. Por otro lado hemos comprobado con tristeza la diferencia en las condiciones dadas por las administraciones para llevar a cabo tan enorme tarea en función de la comunidad autónoma a la que perteneces, como era de esperar, en Madrid nos encontramos en el furgón de cola.
             Este seminario que desde el 5 al 13 de noviembre nos juntó a diversas docentes en tierras jordanas, cumplía un segundo objetivo, el de conocer los proyectos que la cooperación internacional española lleva a cabo en el país. Esta cuestión merecería un nuevo artículo en futuros Musos ya que la disposición geográfica jordana, situada en un enclave tan interesante dentro de la geopolítica mundial en oriente próximo, produjo que visitas a un campo de refugiadas sirias (huidas desde el comienzo de la guerra) o a barrios de refugiadas palestinas (huidas de su tierra en 1948 y desde entonces maltratadas y condenadas por la comunidad internacional) hayan sido experiencias únicas.

Primera Promoción 2017-2018

Segunda Promoción 2018-2019

Equipo de musas amazónicas

Premiadas por la AECID y el MEFP





Premio Nacional Vicente Ferrer de Educación para el Desarrollo

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